Algunos de vosotros al ver el título pensareis que esta entrada será un aburrimiento, bueno pues yo os recomiendo que la leáis hasta el final, a ver que os parece.
Los relojes, supongo que todos sabemos lo que son, bueno para los que no lo sepan, sirven para saber el tiempo, no el tiempo atmosférico, sino la hora. Sabemos algunas cosas de los relojes, que las sabe todo el mundo, como que siempre se marean, pero aún así nunca para de dar vueltas, a no ser que lo matemos, algunos no aguantan ni dos segundos en el agua porque les tienen fobia, es decir, al asustarse del agua, empiezan a respirar incontroladamente y empiezan en vez de respirar aire a respirar agua, y como se ahogan, pues se mueren, y por último, lo más evidente es que los adoramos, están en todas partes, en nuestras muñecas, en el móvil, en la cocina . . . Y ahora es cuando os cuento lo que no sabíais de los relojes, a que no sabíais que los relojes son hijos de una pulsera y una brújula, ¿ eh ?, y os preguntareis ¿ qué, cómo, por qué, cuándo . . . ? Bueno sabemos que las pulseras se ponen en la muñeca, ¿ no ?, pues el reloj también, e incluso sirve de accesorio, igual que la pulsera, y por parte de la brújula porque tiene agujas y nos ayuda o nos dice siempre algo. Además son muy útiles, sabes cuánto tiempo te queda para acabar el examen, sabes cuántos minutos has estado haciendo ejercicio . . .
Ahora es cuando vosotros os dais cuenta de que los relojes no son tan aburridos e insignificantes . . . o no.