En un pueblo desconocido vivía una niña llamada Clara. Era una niña un poco tímida, divertida y le encantaba explorar. Ella jugaba todas las tardes con sus amigos. Un día jugaban al escondite y Clara se escondió en el porche de una casa vieja, que parecía que se iba a desmoronar de un momento a otro. Esperó y esperó, pero nadie salía a buscarla. Entonces se apoyó en la puerta de la casa y esta se abrió. Dentro de la casa vio que era muy vieja y polvorienta. Tenía de todo un salón , una cocina, un comedor, . . . Y, una cosa que le extrañó mucho, era una especie de patio centra que en la puerta tenía una ruleta dividida en cuatro partes y en cada una de ellas una estación del año. Una flecha se3ñalaba el invierno y, de repente se asustó ¡En pleno verano, dentro del jardín, estaba nevando ! No se lo podía creer. Una anciana entró en la casa y le dijo.
- No puedes estar aquí, pero, ahora que ya sabes mi secreto no te puedo dejar marchar.
Clara de momento se puso a llorar. La anciana, que se llamaba Soledad le preparó una habitación igualita a la de Clara de su casa. Se quedó con Soledad durante tres años. Clara notó que nadie la echaba de menos y cuando gritaba a la gente, pidiendo ayuda, desde la ventana de su cuarto, nadie la oía. Hasta que ya estaba harta de esa vida y encerró a la anciana en el jardín en invierno y ella se fue congelando poco a poco hasta que murió de frío. Clara salió de las casa y enseguida uno de sus amigos gritó . . .
-¡¡¡ Por Clara !!!
Ella se sorprendió y le dijo:
- ¿ Me recuerdas ?
- Pues claro llevo contigo en el colegio toda mi vida, ¿ a qué viene esa pregunta ?
- Por nada, por nada. Dijo muy extrañada.
Ella pensaba todas las noches antes de dormir en Soledad y qué le abría pasado.
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